20 marzo 2014

   SOY EL SEÑOR FLOPPY
Desde que nací, vivo en una casa muy grande, con mis hermanos, los hijos de mis hermanas, y otras dos familias completas de gatos. Hace poco, murió mi madre, tenía doce años, llegó a mi casa recién nacida y pudo permanecer toda su vida junto a sus once hijos, nietos y biznietos. Pronto cumpliré quince años, ahora soy el más viejo y el más guapo. Cuando nací, tenía un aspecto muy raro, oí que decían: “que feo es este gato”, y como tuve la mala costumbre de jugar con los restos de la chimenea, me ensuciaba tanto, que me llamaron al principio “Carbonero”... Pero a medida que crecía, mi belleza aumentó... Tengo bandas muy anchas y negras sobre un fondo castaño, como un tigre de Bengala, aunque más oscuro, y mi pelo es muy sedoso. En cuanto a las líneas de mi cara, son finas y perfectamente simétricas, parecen trazadas por un artista.
Tengo una perrita pequeña, se cree que es una gata, se llama Belinda, nos quiere tanto, a los gatos, que cuando hay crías, prefieren dormir sobre su lomo caliente y confortable, que con sus propias madres. Lo mejor de todo es que también los gatos de la calle, la adoran…
También tengo dos humanas... Si, lo digo bien, si ellos pueden decir “tengo un gato” yo puedo decir que tengo dos humanas… ¡Una es enorme!... Su pelo es de color claro, por supuesto no tan suave como el mío. Nos da comida. Cuando viene alguien de fuera, oigo que dice: “es mi marido”... No se exactamente que significa, pero me quiere más que a los otros y yo procuro mantener vivo su amor desmesurado, porque tengo privilegios; por ejemplo, duermo en la cama con ella y me da una comida especial, que solo comparto con los pequeñines de la casa... Yo la respeto y ella a mi, somos la pareja perfecta… La otra humana es pequeña y gordita... Parece una bola con gafas... Nunca se pone de pié, va encima de una especie de silla, que en vez de patas tiene unas cosas redondas que giran, y giran y giran… Me gusta sacar las uñas y clavarlas en estas cosas, enseguida grita: -¡No me pinches la rueda!- Entonces dejo de hacerlo y me acaricia, ¡tiene una habilidad especial para saber donde me pica o duele!... Me da masajes con sus pequeñas manos... ¡Me encanta subir a su hombro, y pasear encima de ella, de uno a otro sitio de la casa!... A veces me abraza muy fuerte, hace ruidos extraños, y le sale agua por los ojos, se pone muy roja... Yo me quedo quieto, sin saber que hacer. ¡Ojala pudiera quitar su dolor!... ¡La quiero mucho!... Me limito a rozar su cabezota llena de rizos, con la mía, y eso le conforta... ”Menos mal que tu si que me quieres” – dice…. Cuando me suelta, le traigo cosas para consolarla, un poco de mi comida, o una cabeza de pescado... Pero no se lo come, y no se porqué, a mí si me gustan estas cosas... Gracias a ella, he conservado mi familia... Nunca quiso separarnos, dice que es una salvajada, y ¡tiene toda la razón!... ¡Queremos mucho a nuestra mamá!... Es lo primero que sentimos antes de nacer, y lo primero que vemos, cuando abrimos los ojos unos días después; ella nos mima, nos da su leche calentita, ¡que rica!, su amoroso calor, estimula nuestros esfínteres con su lengua, para que se desarrollen bien; y ¡hasta se come nuestras cacas, para que no nos peguen...! Ningún humano hace esto por sus hijos!
Otros gatos, de la calle, me contaron, que también tuvieron mamá, como yo, pero cuando eran muy pequeños, los sacaron del nido bruscamente, y a pesar de los maullidos desesperados de la madre y los llantos angustiosos de sus hijitos, los separaron sin compasión y fueron regalados prematuramente, cuando aún necesitaban mamar de sus madres, a familias, que realmente no los deseaban… O encerrados vivos en una bolsa de basura, como si fueran desperdicios y lanzados con terrible golpe en unos contenedores malolientes para ser triturados aún vivos por los camiones de recogida… Mientras las mamás, a quien nunca más verían, buscaban desesperadamente a sus cachorritos, con las ubres repletas de leche; les duele mucho porque se hinchan y precisan ser vaciadas por sus pequeños clientes, pero aún es peor el dolor por no encontrar los que llevaron en sus vientres meses anteriores… Otros acaban en vertederos, donde son quemados por el sol, o devorados por las ratas… Otros son expulsados desde la ventanilla de un auto y aplastados por las grandes ruedas de los otros coches; o apaleados dentro de un saco sin poder defenderse hasta morir... O llevados a sitios donde los utilizan como cobayas, cortados en vivo, otra muerte horrible... O cuando ya pueden correr, para luego poder vender los terrenos, les encienden la cola con gasolina, y aterrados, corren por el bosque, quemándolo todo a su paso. También me contaron que hay unos humanos muy malos, que si los ven por la calle, los cogen con una red y los encierran en una jaula, tan pequeña, que no pueden moverse, allí permanecen lejos de sus madres o de sus humanitos, angustiados, pasando frío, sin comida ni agua, durante días, hasta ser asesinados con inyección letal, como a los asesinos, o quemados aún vivos, su único delito fue la curiosidad, paseando se alejaron de sus hogares, luego no supieron regresar, y fueron atrapados... ¡Me aconsejaron que nunca me deje coger por uno de esos!.... Otros, que tuvieron suerte y pudieron escapar, me contaron que, en algunos refugios, hay una cámara de gas, para acabar con las vidas de nuestros semejantes y los perros…. Y en otros mal llamados “refugios” los gatos son ¡asesinados violentamente para dar comida a los perros…
Pero ya basta de hablar de cosas tan tristes, mi vida es bella, gracias a mis humanas, ellas son distinta, nunca nos harían daño, aunque a veces sin querer les lastimo con mis uñas, y otras veces me han pisado la cola o una patita, entonces grito de dolor, pero no me enfado, al contrario, me subo a la mesa, para estar cerca de sus caras y las beso, para que vean que no les guardo rencor, es culpa mía, porque me gusta ponerme debajo y no me ven.
A veces me meten en una especie de “cuna” y me llevan a un sitio que hay otros gatos y perros, lo llaman Clínica Veterinaria... Allí hay una chica verde como una lechuga, que se pone muy pesada, me toca con su mano por todos lados, ¡me pincha!, y pretende ponerme plano sobre una mesa de cristal, ¡no me gusta nada!... Luego mi amita pequeña saca un plástico que meten en una máquina, y sale un papel, después le devuelven el plástico, y se lo guarda, entonces dice bajito: “¡que caro!”… Luego al llegar a casa, empieza el verdadero jaleo: las dos mujeres, pretenden que me coma unas piedras pequeñas, ellas la llaman pastilla, o antibi.... no se qué. Intentan meterla en mi boca, o pretenden engañarme poniéndolas en un platito, con las comidas que más me gustan, pero no me engañan, aparto esta horrible cosa y me como el resto.
Solo las castigo, cuando me niegan ciertos privilegios a los que ellas mismas me acostumbraron. Por ejemplo: tumbarme sobre la ropa recién sacada de la maquina grandota que hace mucho ruido, está calentita y huele tan bien… Mmm… Un día, en vez de permitir que me tumbara sobre ella, como siempre, se la llevó no se a donde… Pues tiré todo un vaso con algo negro, en un cajón abierto, lleno de cajitas, creo que sus pastillas… Normalmente, entiendo lo que dicen, en eso llevo ventaja, porque yo las entiendo y ellas a mi no... Pero este día, hablaban muy fuerte y deprisa, creo que estaban enfadadas... Otra forma de castigarlas es hacer pipí, en las butacas, o en la ropa que se van a poner, o los muebles, o las cortinas... Es necesario que vean como lo hago, de lo contrario no saben quien lo hizo, y el castigo no sirve... Entonces gritan y gritan y me dejan sin comer un rato, pero al final me perdonan, me abrazan y me devuelven la comida… Me gusta tanto que me rodeen con sus brazos…
A veces me escapo, y la humana grande, se pone muy roja, y le sale agua de la cara, no se tranquiliza hasta que vuelvo... ¿Te gusta estar encerrado entre cuatro paredes? ¡Pues a mí tampoco! … Aunque la casa es muy grande y tiene un patio enorme, con arboles, flores y tierra, me gusta correr mundo!… Casi siempre regreso solo, pero una vez, tuve mala suerte, me cogieron unos gamberros y me encerraron en una habitación, sin comida ni agua... Pasé más de tres días pensando que no las volvería a ver… ¡Que susto!... Cuando logré escapar y me acerqué al patio, mi mujer me dio muy buena comida. ¡Que bueno cuando me vio mi mamá, me dio tantos besos y lengüetazos, que me dejó el pelo completamente mojado!
Cuando era pequeño, era muy travieso, como todos los hijos del mundo, supongo. Si alguien dejaba una caja abierta de tubitos blancos, con un lado de diferente color, yo los sacaba todos y los escondía bajo diferentes muebles hasta no quedar ni uno… Si no había, los cogía de estos platitos con polvo gris, eran pequeños y arrugados, con una de mis manos, que tienen pelos pero son iguales que las de los humanos, me lo ponía a la boca, como hacen ellos y me iba…También solía esconderme en los cajones, y armarios, me cerraba desde dentro… Lo divertido era oír como discutían y llamaban, a veces pasaron horas sin encontrarme…
Los humanos se creen superiores a nosotros, y no es cierto, solo permitimos que lo crean, es más cómodo, estar tumbados al sol o junto al fuego, o a la sombra en verano, que buscar comida. A veces no hay quien les entienda. El otro día, mi sobrino-nieto, que siempre anda cazando bichos, consiguió dos cucarachas vivas y se las metió entre las sábanas a la que dice ser mi mujer, para que al acostarse, las encontrara, y se pusiera contenta... Al introducirse, sin verlas, notó el roce de aquellas criaturas por distintas partes de su cuerpo, encendió la luz, y ¡las vio! corriendo en distintas direcciones, con sus largas antenas, se subió a una silla, gritando como si hubiera visto un ratón… La pobre, que con ver un trapo negro ya grita… ¡Parecía una loca!...De las cucarachas no supe más, pero a mi sobrino, por un momento pensé que lo mataba a escobazos...
Me entretiene mucho contemplarlas, ¡siempre están haciendo cosas raras!... Por ejemplo: nosotros tenemos un color de pelo, con el que nacemos, es para toda la vida, y mantenemos muy limpio con nuestra lengua, en cambio ellas se ponen ropas de colores, se las quitan, se ponen otras, se las vuelven a quitar... Y esto no es lo peor, la grande, mete esta ropa en una cosa grande y blanca que hace mucho ruido, no se parece a ellas ni a nosotros, solo tiene un ojo muy grande, y allí los colores dan muchas vueltas... Pues luego lo saca de allí y ¡lo mete en otra igual que hay al lado! y lo mismo, vueltas y vueltas, luego la saca otra vez y la pasea de un lado a otro... Y para comer... Hacen un montón de viajes con cosas que ponen en una mesa, comen, y luego ¡otra vez a llevar las cosas de un sitio a otro!... ¡Ah! Comen con unos palitos raros, con ellos cogen los pedazos y se lo llevan a la boca... Para beber tienen unos tubos grandes... Luego se limpian con unos papeles blancos... Y todo el día están bla-bla-bla, a veces muy fuerte, otras ni se les oye... También tienen una cosa con un gran ojo muy grande, que va cambiando de colores y habla como ellas, no se que puede ser, pero para ellas es importante, porque lo miran mucho...
Yo no necesito hacer blablabla... Me pongo junto a la puerta del patio de pie, y saben que quiero salir... O saco la lengua y la vuelvo a esconder, saben que tengo hambre o sed... Me tumbo en el suelo girando como una croqueta y saben que quiero mimitos... Mi mamá era muda, pero nos miraba, pensando muy fuerte y siempre supimos que quería decirnos...
Un gato vecino, regresó solo a casa, lo habían encerrado en un saco para que no viera el camino y lo dejaron abandonado en el bosque... Pues el solito, sin preguntar nada a nadie, recorrió todo el camino de vuelta a casa, junto a su humanito, que le quería muchísimo, aunque sus papás no le dejaban tener gato. ¡Que bueno que mis amiguitas jamás me abandonarían!... Ellas si que son buenas... ¡Las quiero tanto!...
Ahora estoy cansado. Es mi hora de la siesta… Que sueño…. Zzzzzzzz…

Querido amigo: Esta vez es tu siesta definitiva.. Sueña con nosotros, nosotros siempre soñaremos contigo.



El Seor Floppy nos dej.


Despus de quince aos disfrutando de su compaa, de sus juegos, y sus pequeas "trastaditas", que tambin las hubo.

Floppy fue tan listo, que olvidamos con frecuencia que era un gato, A veces nos miraba o escuchaba a travs de algn espejo, cuando otros gatos creen que es otro gatito, el entenda perfectamente que era una copia de la realidad.

Entenda lo que le decamos, demostr tener  telepata, , hasta presentimientos!. Y una sensibilidad extrema.

Le ponamos el telfono en la orejta y escuchaba lo que se le deca dede la distancia...

No te fuiste porque sigues en nuestra memoria y en nuestros corazones, hablamos de t muy a menudo, guardamos tus juguetes, tu lugar aunque tenga muchos otros gatos, nunca ser ocupado.

En memoria del Sr. Floppy, este blog se seguir escribiendo con el mismo ttulo, con historias de otros gatos.

No resisto la tentacin de colgar algunas de sus





fotos y volver a publicar su presentacin.


09 mayo 2013




              HOY ES MI 15 CUMPLEAÑOS

     Nací el 9 de Mayo de 1998, nadie esperaba que durara tanto... Hace dos años tuve una piedra en la vesícula, tuvieron que operarme, y la factura le salió muy cara a mi ama, todos le decían que no valía la pena, que era mejor dejarme morir, tenía 13 años, y el dinero tuvo que sacarlo de otros presupuestos más necesarios, según la gente, - ya tienes muchos gatos-  le decían,
pero hoy está feliz por haber llegado hasta aquí. Ahora no para de decirme que tengo que llegar a 30 y vamos al Guinosequé, me gustaría complacerla, pero es difícil. 

   Quería hacer una tarta de salchichas con una vela en medio, pero le he convencido por telepatía de que será mejor un muslo de pollo hervido, mi dentadura no está para según que trotes...  

   No se cuanto es el equivalente de 15 años gatunos con los de humanos, pero soy un viejo muy guapo, no tengo arrugas, ni bolsas ni celulitis, parezco un chaval. 

   

Toma una copa  a mi salud.

13 junio 2012

Me gusta la legalidad

Hace tiempo que hago lo que me dicta la conciencia, el instinto, el corazón, el coco, o lo que quieras llamarlo; cuando era pequeña, y luego cuando fui joven, vivía cien por cien pendiente de lo que pensaban de mi los demás, y solo me acarreaban disgustos, porque hiciera lo que hiciera, sièmpre me criticaban, y además con mucha saña; ahora también me critican, como a todo el mundo, pero mi yo interno me dice: "hiciste lo correcto", así que paso página y me quedo feliz.

Hace muchos año que tengo el privilegio de tener gatos, me denunciaron los vecinos, vinieron a hacerme una inspección de sanidad y resultó que, me quitaron la denuncia porque:

1º Tengo el patio vallado con reja de tres metro de alto y un metro horizontal en angulo recto con las verticales. Es del todo imposible que atraviesen las rejas, bajen a la calle, crucen la calzada, suban por la otra fachada e invadan los patios de las casas de enfrente.

2º Cada día viene una persona a recoger todos los excrementos, que en bolsas de plástico son depositadas en los contenedores por la noche, y además se limpian,  desinfectan y perfuman con anmbientadores, los lugares donde van a parar los residuos no sólidos.

3º La dieta que les proporciono, hace que no tengan ni pulgas, ni hongos, ni garrapatas, ni cualquier otro parásito. Un niño de meses podría jugar con ellos sin peligro.

Los gatos que "molestan " a mis vecinos,  más bien son los vecinos que molestan a los gatos,  son de otros domicilios sin vallar y gatos abandonados   por pseudo amos,  que cambiaron de casa dejándolos  abandonados a su suerte, en la calzada o los tejados... Estos felinos,  antes domésticos,  no saben buscarse la vida, acostumbrados a la comodidad de un cojín, no roban ni atacan, son mansos, se dejan coger y acariciar, no merecen la mala suerte que tienen. Casi todos los días veo alguno aplastado o reventado por las ruedas de los vehículos de conductores asesinos, saben que es una calle casi peatonal, donde a menudo juegan niños con sus balones, no se puede circular a estas velocidades.

Mi yo interno, me impulsa a alimentar y cuidar con medicamentos recetados por veterinarios cuando es necesario, no tengo obligación, pero aunque mueran atropellados o envenenados por desalmados, al menos no  mueren de hambre y enfermedades, no transmitiéndolas tampoco a los humanos. Tampoco les doy sopa ni otros alimentos,  que puedan descomponerse y atraer moscas y otros insectos, y solo les doy unas raciones que terminan siempre no dejando restos. Esto si, en un lugar secreto, tienen siempre dos litros de agua fresca.

Cuando vine a vivir a esta calle no había gatos, alguién  los envenenó a todos. Las ratas paseaban tranquilas por las calzadas, trasladándose de una casa deshabitada a otra por dentro de las casas habitadas. En mi casa provocaron muchos destrozos y contratiempos. Desde que cuido de ellos se acabó el problema. ¿Me lo agradecen los humanos? ¡Que va!... Me siguen denunciando... He pedido al Ayuntamiento un permiso oficial, no se si me lo darán, pero hago lo que mi ética me dicta.

A este paso, en pocos meses, con tanto asesino suelto, no quedará ni un gato en la calle; las ratas volverán a dominar el barrio... Que no se atreva nadie, a venir a casa a pedirme de uno de los míos, porque le daré con la puerta en la nariz... Y esto duele.

14 marzo 2012

SOY EL SEÑOR FLOPPY




Desde que nací, vivo en una casa muy grande, con mis hermanos, los hijos de mis hermanas, y otras dos familias completas de gatos. Hace poco, murió mi madre, tenía doce años, llegó a mi casa recién nacida y pudo permanecer toda su vida junto a sus once hijos, nietos y biznietos. Pronto cumpliré once años, ahora soy el más viejo y el más guapo. Cuando nací, tenía un aspecto muy raro, oí que decían: “que feo es este gato”, y como tuve la mala costumbre de jugar con los restos de la chimenea, me ensuciaba tanto, que me llamaron al principio “Carbonero”... Pero a medida que crecía, mi belleza aumentó... Tengo bandas muy anchas y negras sobre un fondo castaño, como un tigre de Bengala, aunque más oscuro, y mi pelo es muy sedoso. En cuanto a las líneas de mi cara, son finas y perfectamente simétricas, parecen trazadas por un artista.
Tengo una perrita pequeña, se cree que es una gata, se llama Belinda, nos quiere tanto, que cuando hay crías, prefieren dormir sobre su lomo caliente y confortable, que con sus propias madres. Lo mejor de todo es que también los gatos de la calle, la adoran…
También tengo dos humanas... ¡Una es enorme!... Su pelo es de color claro, por supuesto no tan suave como el mío. Nos da comida. Cuando viene alguien de fuera, oigo que dice: “es mi marido”... No se exactamente que significa, pero me quiere más que a los otros y yo procuro mantener vivo su amor desmesurado, porque tengo privilegios; por ejemplo, duermo en la cama con ella y me da una comida especial, que solo comparto con los pequeñines de la casa... Yo la respeto y ella a mi, somos la pareja perfecta. La otra humana es pequeña y gordita... Parece una bola con gafas... Nunca se pone de pié, va encima de una especie de silla, que en vez de patas tiene unas cosas redondas que giran, y giran y giran… Me gusta sacar las uñas y clavarlas en estas cosas, enseguida grita: -¡No me pinches la rueda!- Entonces dejo de hacerlo y me acaricia, ¡tiene una habilidad especial para saber donde me pica o duele!... Me da masajes con sus pequeñas manos... ¡Me encanta subir a su hombro, y pasear encima de ella, de uno a otro sitio de la casa!... A veces me abraza muy fuerte, hace ruidos extraños, y le sale agua por los ojos, se pone muy roja... Yo me quedo quieto, sin saber que hacer. ¡Ojala pudiera quitar su dolor!... ¡La quiero mucho!... Me limito a rozar su cabezota llena de rizos, con la mía, y eso le conforta...-”Menos mal que tu si que me quieres”-dice. Cuando me suelta, le traigo cosas para consolarla, un poco de mi comida, o una cabeza de pescado... Pero no se lo come, y no se porqué, a mí si me gustan estas cosas... Gracias a ella, he conservado mi familia... Nunca quiso separarnos, dice que es una salvajada, y ¡tiene toda la razón!... ¡Queremos mucho a nuestra mamá!... Es lo primero que sentimos antes de nacer, y lo primero que vemos, cuando abrimos los ojos unos días después; ella nos mima, nos da su leche calentita, ¡que rica!, su amoroso calor, estimula nuestros esfínteres y ¡hasta se come nuestras cacas, para que no nos peguen...! -Ningún humano hace esto por sus hijos!
Otros gatos me contaron, que también tuvieron mamá, como yo, pero cuando eran muy pequeños, los sacaron del nido bruscamente, y a pesar de los maullidos desesperados de la madre y los llantos angustiosos de sus hijitos, los separaron sin compasión y se los llevaron a sitios donde en realidad no los querían… Mientras las mamás, buscan desesperadamente a sus cachorritos, con las ubres repletas de leche, ellos van muriendo de hambre y de frío, abandonados en la calle, o en el bosque, o lanzados vivos al agua, o al fuego, o en vertederos donde acaban quemados por el sol, o devorados por las ratas, o encerrados en una bolsa de plástico y, lanzados con terrible golpe a un gran contenedor oscuro y maloliente, donde aún vivos son triturados por una máquina apestosa que hace un ruido infernal; otros son expulsados desde la ventanilla de un auto y aplastados por las grandes ruedas de los otros coches; o apaleados dentro de un saco sin poder defenderse hasta morir... O llevados a sitios donde los utilizan como cobayas, cortados en vivo, otra muerte horrible... O les encienden la cola con gasolina, para luego poder vender los terrenos, y aterrados, corren por el bosque, quemándolo todo a su paso,. También me contaron que hay unos humanos muy malos, que si los ven por la calle, los cogen con una red y los encierran en una jaula tan pequeña que no pueden moverse, allí permanecen, pasando frío, sin comida ni agua hasta que son asesinados... ¡Me aconsejaron que nunca me deje coger por uno de esos!....
Mis humanas son distintas, ellas nunca nos harían daño, aunque a veces sin querer les lastimo con mis uñas, y otras veces me han pisado la cola o una patita, entonces grito de dolor, pero no me enfado, al contrario, me subo a la mesa para estar cerca de sus caras y las beso, para que vean que no les guardo rencor, es culpa mía, porque me gusta ponerme debajo y no me ven.
A veces nos meten en una especie de “cuna” y nos llevan a un sitio que hay otros gatos y perros, lo llaman Clínica Veterinaria... Allí hay una chica verde como una lechuga, que se pone muy pesada, me toca con su mano por todos lados, ¡me pincha!, y pretende ponerme plano sobre una mesa de cristal ¡no me gusta nada!, y luego al llegar a casa, empieza el verdadero jaleo: las dos mujeres, pretenden que me coma unas piedras pequeñas, ellas la llaman pastilla, o antibi.... no se qué. Intentan meterla en mi boca, o pretenden engañarme poniéndolas en un platito, con las comidas que más me gustan, pero no me engañan, aparto esta horrible cosa y me como el resto.
Solo las castigo, cuando me niegan ciertos privilegios a los que ellas mismas me acostumbraron. Por ejemplo: tumbarme sobre la ropa recién sacada de la maquina grandota que hace mucho ruido, está calentita y huele tan bien… Mmm… Un día, en vez de permitir que me tumbara sobre ella, como siempre, se la llevó no se a donde… Pues tiré todo un vaso con algo negro, en un cajón abierto, lleno de cajitas, creo que sus pastillas… Normalmente, entiendo casi todo lo que dicen, en eso llevo ventaja, porque yo las entiendo y ellas a mi no... Pero este día, hablaban muy fuerte y deprisa, creo que estaban enfadadas... Otra forma de castigarlas es hacer pipí, en las butacas, o en la ropa que se van a poner, o los muebles, o las cortinas... Es necesario que vean como lo hago, de lo contrario no saben quien lo hizo, y el castigo no sirve...
A veces me escapo, y la humana grande, se pone muy roja, y le sale agua de la cara, no se tranquiliza hasta que vuelvo... ¿Te gusta estar encerrado entre cuatro paredes? ¡Pues a nosotros tampoco! … Aunque la casa es muy grande y tiene un patio enorme, nos gusta correr mundo, somos así, ¡nos gana la curiosidad!… Casi siempre regreso solo, pero una vez, tuve mala suerte, me cogieron unos gamberros y me encerraron en una habitación, sin comida ni agua... Pasé más de tres días pensando que no las volvería a ver… ¡Que susto!... Cuando logré escapar y me acerqué al patio, mi mujer me dio muy buena comida. ¡Que bueno cuando me vio mi mamá, me dio tantos besos y lengüetazos, que me dejó el pelo completamente mojado!
Cuando era pequeño, era muy travieso, como todos los hijos del mundo, supongo. Si alguien dejaba una caja abierta de tubitos blancos, con un lado de diferente color, yo los sacaba todos y los escondía bajo diferentes muebles hasta no quedar ni uno… Si no había, los cogía de estos platitos con polvo gris, eran pequeños y arrugados, con una de mis manos, que tienen pelos pero son iguales que las de los humanos, me lo ponía a la boca, como hacen ellos y me iba…También solía esconderme en los cajones, y armarios y cerraba… Lo divertido era oír como discutían y llamaban, a veces pasaron horas sin encontrarme…
Los humanos se creen superiores a nosotros, y no es cierto, solo permitimos que lo crean, es más cómodo, estar tumbados al sol o junto al fuego, o a la sombra en verano, que buscar comida. A veces no hay quien las entienda. El otro día, mi sobrino-nieto, que siempre anda cazando bichos, consiguió dos cucarachas vivas y se las metió entre las sábanas para que al acostarse, las encontrara, y se pusiera contenta... Al introducirse, sin verlas, notó el roce de aquellas criaturas por distintas partes de su cuerpo, encendió la luz, y las vio salieron corriendo en distintas direcciones, con sus largas antenas, se subió a una silla, gritando como si hubiera visto un ratón… La pobre, que con ver un trapo negro ya grita… ¡Parecía una loca!...De las cucarachas no supe más, pero a mi sobrino, por un momento pensé que lo mataba a escobazos...
Me entretiene mucho contemplarlas, ¡siempre están haciendo cosas raras!... Por ejemplo: nosotros tenemos un color de pelo, con el que nacemos, es para toda la vida, y mantenemos muy limpio con nuestra lengua, en cambio ellas se ponen ropas de colores, se las quitan, se ponen otras, se las vuelven a quitar... Y esto no es lo peor, la grande, mete esta ropa en una cosa grande y blanca que hace mucho ruido, no se parece a ellas ni a nosotros, solo tiene un ojo muy grande, y allí los colores dan muchas vueltas... Pues luego lo saca de allí y ¡lo mete en otra igual que hay al lado! y lo mismo, vueltas y vueltas, luego la saca otra vez y la pasea de un lado a otro... Y para comer... Hacen un montón de viajes con cosas que ponen en una mesa, comen, y luego ¡otra vez a llevar las cosas de un sitio a otro!... ¡Ah! Comen con unos palitos raros, con ellos cogen los pedazos y se lo llevan a la boca... Para beber tienen unos tubos grandes... Luego se limpian con unos papeles blancos... Y todo el día están blablabla, a veces muy fuerte, otras ni se les oye... También tienen una cosa con un gran ojo muy grande, en el sitio donde comen, que va cambiando de colores y habla como ellas, no se que clase de bicho puede ser, pero para ellas es importante, porque lo miran mucho...
Yo no necesito hacer blablabla... Me pongo junto a la puerta del patio de pie, y saben que quiero salir... O saco la lengua y la vuelvo a esconder, saben que tengo hambre o sed... Me tumbo en el suelo girando como una croqueta y saben que quiero mimitos... Mi mamá era muda, pero nos miraba, pensando muy fuerte y siempre supimos que quería decirnos...
Un gato vecino, regresó solo a casa, lo habían encerrado en un saco para que no viera el camino y lo dejaron abandonado en el bosque... Pues el solito, sin preguntar nada a nadie, recorrió todo el camino de vuelta a casa, junto a su humanito, que le quería muchísimo, aunque sus papás no le dejaban tener gato. ¡Que bueno que mis amiguitas jamás me abandonarían!... Ellas si que son buenas... ¡Las quiero tanto!...
Ahora tengo que dejarte, estoy cansado. Es mi hora de la siesta… Que sueño…. Zzzzzzzz…

24 febrero 2012



21 febrero 2012

Mi primer gato: Misha Este era Misha, totalmente negro, y fiel como ninguno, me enseñó tantas cosas que ya nunca lo olvidaré. Este era Misha, totalmente negro, y fiel como ninguno, me enseñó tantas cosas que ya nunca lo olvidaré. Antes que nada debo decir que a mí nunca me habían gustado los gatos, prefería con diferencia los perros. Había oido y leido tantas mentiras sobre ellos, que los tenía por unas criaturas frías, traidoras y egoistas... Nada más lejos de la realidad, porque son todo lo contrario, como he comprobado miles de veces... Corría el verano de 1990, mi casa estaba rodeada, de casas abandonadas, repletas de ratas que cruzaban tranquilamente ante mis ojos... Mi madre decía una y otra vez: -¡Tienes que conseguir un gato! Le seguí la corriente sin hacer nada por conseguir uno. La situación empeoró, cuando encontré un periquito, al que quería mucho, muerto de un mordisco en la cabecita... Unos días después, pude observar que todo un estante de libros, mi gran afición, tenían un agujero en medio del tamaño de un ratón, habían atravesado la librería, creando un tunel, que de no haber necesitado uno de ellos, hubiera tardado en descubrir... Lo siguiente fue una noche, intentando dormir oía el tap tap tap de sus pequeñas garras encima del ropero, cuando encendía la luz, se ocultaba, y al apagar seguía sus trayectorias misteriosas... Finalmente debió cansarse de tantas idas y venidas y pude verlo observándome a su vez, su astucia contra mi inmovilidad, ambas frente a frente... Mi primer impulso fue llamar a mi cuidadora, pero me frené a tiempo, si la hubiera llamado, igual se ponía histérica y me dejaba sola. Total, que la criatura y yo pasamos nuestra primera noche juntas... Un amigo había tenido una camada de perros y le pedí uno. No se hizo rogar, enseguida tuve un precioso ejemplar de pastor belga, de pocas semanas, de pelo largo y rubio, ¡era precioso!... A los cuatro meses, sin haber salido nunca a la calle, ya que mi patio es enorme, apareció sangrando por todos sus orificios, con una mirada muy triste que parecía decirme: ¿Porque me haéis daño? ¿Que hice tan mal?... Me abracé a el aún vivo y con la ayuda de mi cuidadora lo metimos en el coche y lo llevamos corriendo al veterinario. Horas después moría... Nunca supe quien pudo ser capaz de tal salvajada, tenía que ser o un vecino, o un familiar mío, o alguno de los que entraban a diario en mi casa... No podía arriesgarme a coger alguno de los otros muchos cachorritos que me ofrecieron, era condenarle a otra muerte espantosa.... Al cabo de unos días, mi madre ¡había desaparecido sin despedirse!, y en la cocina aparecieron dos cachorros de gato, hermanitos. Nadie los vio llegar...Estaban en una cajita de cartón en la cocina, sin comida ni agua. Y yo no tenía ni idea de como cuidarlos. Indagué, leí, y con solo el espectáculo de observar sus juegos infantiles, olvidé todos los prejuicios que antes tuve en su contra... Preparaba mi comida yla compartía con ellos, un pescadito para ono, otro para el otro y otro para mí, excepto la ensalada que no me la aceptaban.... Al cabo de unos días llamó mi progenitora, confesó ser la culpable de la aparición gatuna, ya no quise devolverlos. Pocos meses después, tuve el primer disgusto, alguien dejó la puerta de la calle abierta y se escapó Ximo, el de manchitas blancas y negras... Regresó al cabo de un año, pero de nuevo alguien dejó abierta la puerta de la calle y de nuevo se fue. Lo ví dos años mas tarde en un local abandonado, me miró fijamente, no se si me reconoció, pero a pesar de mis llamadas no se acercó ninguna vez y no podía atravesar la barrera desde donde el si hubiera podido salir, lo volví a ver algunas veces en el mismo lugar, hasta que alguien cambió la persiana vieja y rota a través de la cual, podía verse su interior, por una nueva, reforzada y sin fisuras, ¡mposible ver nada! Pocos días después, supe que habían envenenado a todos los gatos. Mi Ximo, y toda su família habían sufrido el terrible martirio del veneno. De nuevo un ser querido, era asesinado de esta forma tan vil, sin poder yo hacer nada por ayudarle. En el próximo capítulo pondré la historia de Misha.

19 febrero 2012

Cualidades gatunas

No entiendo que unas criaturas bellas, suaves, amorosas, verdaderos psicólogos, buenísimos cuidadores de enfermos, inteligentes, y divertidos, est´wen tan perseguidos como si fueran criminales, injustamente calumniados y ejecutados con terribles torturas. En muchas culturas antiguas eran considerados como dioses y adorados. Cada día publican en los periódicos historias de gatos que han salvado la vida gracias a su inteligencia y rapidez de reflejos, además de su gratuita abnegación. Pueden pasar horas y más horas dando calor a un niño o a un enfermo, y no abandonan su misión hasta que llega el humano cuidador, entonces van rapidísimo a hacer sus necesidades, comer un poco, beber agua, que necesitan siempre limpia, y en cinco minutos se plantan junto a su enfermo. Emanan unas vibraciones que relajan al más nervioso, y son verdaderos remedios demostrados, contra la manía, el trastorno obsesivo compulsivo, y la depresión. ¡Y no cobran nada! Entre las miles de histórias que vienen a mi mente, quiero destacar os: 1º La del gato, mundialmente famoso que tres horas antes de morir un paciente de un geriátrico, subía desde el patio a la habitación, con exactitud pasmosa, lo que permitía a las autoridades del centro avisar a los familiares del que iba a dar el gran paso, para que pudira despedirse antes de que tuviera el último espásmo. 2º La gatita a punto de ser asesinada en una perrera, cuando la salvó una profesora de piano.Aprendió tan bien a tocar el piano, que da conciertos con su cuidadora. Incluso, en una fiesta juvenil, sin que los chicos supieran quien estaba tocando, les ofrecieron una muestra de chungachunga por un lado, y por el otro sin que ellos lo supieran la gata tocaba sola. Al darles a elegir todos prefirieron la ejecución felina, quedaron boquiabiertos al comprobar quien era la improvisadora de divertidos pero bien armoniosos acordes. Dicen que la cultura de un país se mide por como atienden a sus sere más indefensos, a mi me da verguenza decir que soy española.

HISTORIA DE UN GATO ABANDONADO

Esta historia, por desgracia demasiado real, la he extraido de la web MUNDOGATOS.COM Cada día hay más animales abandonados. Y no hablamos exclusivamente de los gatos. Por desgracia tanto gatos como perros son abandonados por millares cada año en cada ciudad del planeta. Debemos concienciarnos de la tremenda injusticia y fatalidad que cometemos al abandonar a un animal. Sé que para muchos de nosotros es algo inconcebible. De hecho, para cualquier mente con un poco de sentido común el abandono es una atrocidad. Los animales tienen sentimientos y es algo muy triste ver como las personas que considerabas tu familia…quien pensabas que te amaba….de repente se van sin ti. Debe ser muy duro ver como se alejan y sentir que nunca más los vas a volver a ver. Esta historia plasma lo que puede llegar a sentir un animal al sufrir esta barbaridad. A mí me pone la piel de gallina. Espero que a ustedes también les guste. Historia de un Gato abandonado Cuanta gente a mí alrededor. Hoy he cumplido una semana… ¡Qué alegría haber llegado a este mundo! Mes 1: Cuanto cariño me da mi mamá. Estoy encantado con mi mamá. Mes 2: Hoy me han separado de mamá. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adiós. Esperando que mi nueva "familia humana" me cuidará tan bien como ella lo había hecho. Mes 3: He crecido rápido; todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como "hermanitos". Mes 5: Hoy me regañaron. Mi madre se molestó porque me hice "pipí" adentro de la casa; pero nunca me habían dicho dónde debo hacerlo. Además duermo en un armario... ¡y ya no me aguantaba! Mes 6: Soy un gato feliz. Tengo el calor de un hogar; me siento tan seguro, tan protegido. Creo que mi familia humana me quiere y me consiente mucho. Cuando están en la mesa me dan de comer. Mes 12: Hoy cumplí un año. Soy un gato adulto. Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Que orgullosos se deben de sentir de mí. Mes 13: Qué mal me sentí hoy. "Mi hermanito" me quitó la pelota. Yo nunca agarro sus juguetes, así que se la quité. Pero mis patas tienen garras y le he hecho daño sin querer. Después del susto, me han encerrrado. Dicen que van a tenerme en observación y que soy malo. No entiendo nada de lo que pasa. Mes 14: Ya nada es igual... No me dejan salir al jardín. Me siento muy solo, mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Mes 15: Hoy me han dejado salir al jardín. Creo que mi familia me ha perdonado y me he puesto tan contento que daba saltos de alegría. Encima me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacia la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que haríamos nuestro "día de campo". No comprendo por qué cerraron la puerta y se fueron."¡Oigan, esperen!" Se... se olvidan de mí. Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta, que casi me desvanecía y ellos no se detenían: me habían olvidado. Mes 16: He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo con mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y seria leal a ellos. Pero solo dicen "pobre gatito", se ha perdido. Mes 17: El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis "hermanitos". Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras "a ver quien tenia mejor puntería". Una de esas piedras me lastimó el ojo y desde entonces ya no veo con él. Mes 18: Ya estoy muy flaco; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra. Mes 19: Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde pasan los coches, uno me arrolló. Estaba en un lugar seguro, en la cuneta, pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que hasta giró el coche para pillarme. Ojala me hubiera matado, pero solo me ha dislocado la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades he podido arrastrarme hacia un poco de hierba a ladera del camino. Mes 20: Llevo 10 días bajo el sol, la lluvia, el frío, sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal. Parece que hasta mi pelo se está cayendo. Mes 21 Ya casi estaba inconsciente; pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar. "Pobre gatito, mira como lo han dejado", decía... junto a ella venía un señor de bata blanca, empezó a tocarme y dijo: "Lo siento señora, pero este gato ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir." A la gentil dama se le salieron las lágrimas y asintió. Como pude la miré agradeciéndole me ayudara a descansar. Solo sentí el piquete de la inyección y me dormí para siempre pensando en por qué tuve que nacer si nadie me quería. -------------------------------------------------------------------------------La solución no es echar un gato a la calle, sino educarlo. No convierta en problema una grata compañía. Ayuda a abrir conciencia y así poder acabar con el problema de los gatos callejeros.

Nueva web para mis gatos

Aunque esta es la página web de mi gato EL SEÑOR FLOPPY, que ahora está algo mayor, y no colabora directamente, el título es "el blog de mi movil" con el sobre título UN MUNDO PARA TODOS, y está dedicado a la naturaleza, flora y fauna en general, quería un espacio dedicado a todos los gatos con los que yo trato a diario, los que ya se fueron y los que aún vendrán. Por eso hoy he iniciado una web dedicada a mis queridos gatos, su historía, caracter, y foto o vídeos. Visita "www.123miweb.wes/misqueridosgatos" donde te espera ternura, diversión, y pasatiempos.
-site-verification: google8bd06e491a627980.html

14 febrero 2012

Mas sobre los gatos que estabam encerrados

Buenas noticias, dentro del drama que están viviendo todaví los gatos que estuvieron encerrados vivos sin comida ni agua. quedan dos, estásn bien. Les alimento y proveo de agua fresca a diario. A Nova, la han adoptado, y y tiene casa..

Yo quiero adoptar a Morgana, la de angora blanca y entra poer su propio pie en mi casa, pero cuando se ve encerrada se vuelve loca y la tengo que soltar otra vez, debe tener pánico a verse de nuevo encerrada sin comida ni agua, debo tener paciencia y esperar.

31 enero 2012

Siguen en la calle

Llegaron hace dos años,  con  sus dueños, un matrimonio Agustín y Vicenta, con una niña de diez años, Ariam, que les adoraba, a sus padres y a sus mascotas, por este orden. Dormía con Coco y con Morgana, que antes de ser castrados engendraron a Nova. Además de estos tres gatos, llegaron con ellos, tres loritos, un hampster, que murió poco después,  y dos carolinas. Entonces ni pensé, que había muerto de hambre,  pero tal como lo veo ahora, no me sorprende.

En la entrega "historia que pudo acabar bien" en este mismo blog, está la narración de los penúltimos acontecimientos, hasta el día de Navidad del 2011, en que gracias a Olga Coego, en nombre de Baldeas, fueron liberados,de su tumba ya que alguien entró en la casa a salvar a Coco que estaba agonizando allí encerrado,  y en vez de liberarlo, lo dejó morir junto  a  otros cuatro, compartiendo la misma suerte, Mc Queen, recién adoptado por la familia, Morgana, Pon pón, y otro más.

Días después, apareció la dueña de la finca.... La emprendió contra los gatos y contra mí, su vecina, porque les he dado de comer y me preocupé de su liberación. Teniendo en cuenta la prohibición úrbana de alimentar a felinos, y que con la silla de ruedas  era imposible entrar en en solar colindante, ráscando con el palo de una fregona, y con mucha tenacidad, conseguí excavar un tunelito, para introducir alimentos y agua...Por este pasadizo, entraban y salían y quedaban protegidos de la lluvia, los gamberros y los conductores asesinos, pero  la han cerrado para que no les de más comida a los tres supervivientes, que por absurda fidelidad, siguen esperando a sus tres dueños. Intenté llevármelos a casa, pero cuando Morgana, se vió encerrada apoderó de ella el pánico y agredió a mi cuidadora, que tuvo que estar con antibióticos, para que no se le infectaran las heridas en el pecho.. Desde entonces, come debajo de mi silla,  pero no se deja coger. En cuanto a Nova, sigue también ahí, han desaparecido sus hijos, y una vecina la subió a su casa, pero luego la volvió a poner de patitas en la calle, porque el gato que tenía antes, la atacó. Pasa las veinticuatro horas del día, tumbada ante la entrada de ambas casas, llorando porque no entiende ser por tres veces rechazada, primero su querida Ariam, luego la propietaria del inmueble Jeanine, y finalmente por Francisca. Los tres felinos desamparados, hacen sus necesidades en la  base de un arbol, ni siquiera ensucian la acera de la calle, su improvisada vivienda.

Morgana, la gata de angora, de un blanco luminoso, está sucia y fea, después de estar encerrada viva sin comida ni agua, se refugia bajo los vehículos recién aparcados, que desprenden calor, y manchas de grasa.

MacQueen, que fue adoptado por la extraña familia, junto a Peluche, y los ocho hijosde Nova, ya desaparecidos, es de color atigrado amarillo limón, sigue también fiel a la casa.

Les puse una camita con ropa en el solar frontal, detrás de una rejas, donde improvisé el nuevo comedor, pero no la usan, no se porqué.

No he perdido la esperanza de que un día venga Agustín, y pueda ver a sus queridos gatos esperándole fieles a morir, ellos ni dudan, vivirán esperándo a su amo, a no ser que antes, algún conductor descerebrado los deje aplastados en la calzada, esperando su muerte adelantada.

                                                                Bel Rossiñol de Zagranada



24 enero 2012







 

   

     
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06 enero 2012

04 enero 2012



26

Una historia real navideña, que casi terminó bien. 

Jueves 22 Dicciembre DEL 2011:

Una vecina de mi querida calle Luna, me informa a las 21'45 de que en el número 4, alguien ha cerrado cuatro gatos, en una casa donde no vive nadie. Conozco la última familia que allí vivió, y conozco aún más los trece gatos que tenían y dejaron a su suerte  en la calle. 

No puedo evitar el recuerdo de aquella niña que llegó con sus padres hace dos años. Trajeron además de un hamster, dos carolinas, unos loritos, y tres gatos: Coco, Morgana y  Nova. Los dos primeros castrados y la última, sin castrar, luego fue madre de numerosas crías que  desaparecieron muy pronto, unos aplastados por las ruedas de los vehículos circulantes, muchos torturados por alimañas humanas, y otros muchos víctimas de enfermedades. Quedaban 13, cuando el matrimonio después de una grave riña, se separó y dejaron la casa, y los gatos abandonados a su suerte... !¡Aquellas criaturas que tanto amaba la niña!... La pequeña amiga dormía con Coco, un gato de color canela atigrado, que de tan bueno que era, más parecía un peluche que un ser vivo; y de día, no se separaba de Morgana, una gata blanca de angora con una cola larga y gruesa; no puedo olvidar la alegría que sentía cada vez que su Nova paría nuevas crías, a cual más bella.

No puedo entender, con todo el amor que sentía por sus mascotas, que dejaran la jaula abierta a las aves, que emprenderían un vuelo con destino a una  muerte segura, ya que aquí no encuentran la comida que necesitan en la calle, al proceder de otros países y nichos ecológicos... Vuelan sin parar en dirección al Sol, hasta caer extenuados y devorados  por gatos cazadores u otras aves de rapiña. Incluso les dije que había oído a uno de ellos y no quisieron ni ir a ver si era el suyo. Ahora me imagino que el hampster murió  ¡de hambre! encerrado en su jaulita...

La pareja en discordia, huyó a Madrid, llevándose sendas llaves de la casa, y también sendas copias a pseudo amigos, que usaron las llaves para entrar a robar que después de robar cerraron sin percatarse de que allí encerrados quedaron algunos, no se exactamente cuantos, los gatos de la familia, entre ellos Coco.

La otra lleve fue usada para ir a liberar a Coco, aún vivo, pero abandonado en la calle donde acabó su vida. Pero al ir a "liberar" el primer grupo, dejaron otros cuatro: Morgana, Mcqueen, Ponpón (hijo de Nova y Mcqueen) y otro.

Viernes 23 :

Investigando por mi cuenta me informo de que un vecino tiene una de las llaves para entrar en la casa, pero falta una segunda llave, que está aún en poder de la familia fugitiva. Como tengo el teléfono de la madre, la llamo y me entero, que hacía unos días había ido su amiga a la casa a sacar a COCO ¡casi muerto!, entre otros más, sin percatarse, de  que al cerrar, dejaba otros cuatro que antes no estaban. En cuanto al semi muerto "liberado" no se donde lo dejó, porque no lo vi,  y debía necesitar rehidratación en clínica veterinaria. Imagino que fue a algún rincón a morir.

LLamo, sin éxito, a amistades y asociaciones, además de la madre de la niña, ambas en Madrid. Insiste en que ha enviado a una amiga a abrir la puerta, con las llaves que no posee el vecino. Este me informa de que ha oido a los gatos rascar los cristales y maullar desesperados

Sabado 24:

Estoy desolada, ya no se a donde llamar y temo que de todas formas ya no haya nada que hacer. Por la tarde el vecino me confirma que oye ruidos de garras rascando puertas y ventanas y maullidos desesperados. Con renovadas fuerzas, llamo a Madrid, a la casa donde habitan la ama y su madre. Me promete que enviará a su amiga con la llave, pero no lo cumple.

Domingo 25 Navidad 2011

A pesar de llamadas a distintos organismos incluyendo la policía local, que no quisieron hacer nada, cuando ya estaba dispuesta a romper unsa ventana exponiéndome a una merecida denuncia de la propietaria arrendadora, contacté con ADDA Asociación para la defensa de animales, que con habiles llamadas a la policía local y juzgado de guardia consiguió que apareciera en el último momento la portadora de la llave.

Tras una discusión en la puerta de la casa, son liberados los dos gatos aún vivos... En el suelo quedan Ponpón, de cinco meses, Coco el preferido, y varias crías más sin defensas ante el hambre y la sed....

En el interior de la casa el espectáculo macabro: las paredes puertas y ventanas rascadas, los muebles y el suelo llenos de excrementos, un olor lógicamente fétido, y cadáveres de los amigos de la familia, la nevera volcada en un inuúil esfuerzo por hallar alimentos...

Miercoles 28: Día de los inocentes.

Tengo a Mcqueen en mi casa, no pude coger a Morgana, está muy estresada, y tan mansa que era no se deja coger. Voy con frecuencia a ver las tres supervivientes Nova, su hija Chiqui y la abuela Morgana.

Quisiera decir que la historia terminó bien, pero cuatro de trece gatos, no me parece una buena proporción de éxito.

NOVA está vagando ahora por la calle, 

Aún cree que vendrán a buscarla.

Fueron volando al cielo, para morir en un infieno.

 Me llevé a mi casa a Morgana y a Mc Queen , pero temían quedarse de nueo encerrados y Morgana atacó a mi cuidadora, finalmente los dejé salir. Saben que la puerta de mi xcasa siempre estará abierta para ellos.

COCO desapareció.

Ariám está en Madrid, y ni sospecha la mala suerte que tuvieron los amiguitos a los que tanto quería.
Miércoles 4 de Enero 2012

Me van a denunciar, por haber metido mis simbólicas narices en la casa donde estaban recluidos los cuatro gatos, sin comida ni agua y muy pronto sin aire, una muerte lenta pero dolorosa y segura, para cuatro criaturas cuyo único crimen fue el de amar a sus dueños y esperarlos, ignorantes de su abandono.

No me gusta que, me denuncien porque tengo mala suerte en los juzgados, o no puedo subir con la silla de ruedas, o gano pero no me pagan por insolvencia, o pierdo porque el abogado se ha pasado con todo el descaro al bando contrario.

Con todo ello, volveré a hacer lo mismo, si hay vidas en juego, era mi deber y lo cumplí.

Al salir,  hoy por la mañana a las ocho, a la calle,  vi un gatito con la cabeza aplastada en la acera... ¿Porque tiene que ser tan rematadamente cruel el ser humano?

Me siento impotente y deprimida... Era solo un cachorrito sin dueño de apenas dos meses, al que yo alimentaba y quería...No tuvo tiempo de hacer mal a nadie...