21 febrero 2012

Mi primer gato: Misha Este era Misha, totalmente negro, y fiel como ninguno, me enseñó tantas cosas que ya nunca lo olvidaré. Este era Misha, totalmente negro, y fiel como ninguno, me enseñó tantas cosas que ya nunca lo olvidaré. Antes que nada debo decir que a mí nunca me habían gustado los gatos, prefería con diferencia los perros. Había oido y leido tantas mentiras sobre ellos, que los tenía por unas criaturas frías, traidoras y egoistas... Nada más lejos de la realidad, porque son todo lo contrario, como he comprobado miles de veces... Corría el verano de 1990, mi casa estaba rodeada, de casas abandonadas, repletas de ratas que cruzaban tranquilamente ante mis ojos... Mi madre decía una y otra vez: -¡Tienes que conseguir un gato! Le seguí la corriente sin hacer nada por conseguir uno. La situación empeoró, cuando encontré un periquito, al que quería mucho, muerto de un mordisco en la cabecita... Unos días después, pude observar que todo un estante de libros, mi gran afición, tenían un agujero en medio del tamaño de un ratón, habían atravesado la librería, creando un tunel, que de no haber necesitado uno de ellos, hubiera tardado en descubrir... Lo siguiente fue una noche, intentando dormir oía el tap tap tap de sus pequeñas garras encima del ropero, cuando encendía la luz, se ocultaba, y al apagar seguía sus trayectorias misteriosas... Finalmente debió cansarse de tantas idas y venidas y pude verlo observándome a su vez, su astucia contra mi inmovilidad, ambas frente a frente... Mi primer impulso fue llamar a mi cuidadora, pero me frené a tiempo, si la hubiera llamado, igual se ponía histérica y me dejaba sola. Total, que la criatura y yo pasamos nuestra primera noche juntas... Un amigo había tenido una camada de perros y le pedí uno. No se hizo rogar, enseguida tuve un precioso ejemplar de pastor belga, de pocas semanas, de pelo largo y rubio, ¡era precioso!... A los cuatro meses, sin haber salido nunca a la calle, ya que mi patio es enorme, apareció sangrando por todos sus orificios, con una mirada muy triste que parecía decirme: ¿Porque me haéis daño? ¿Que hice tan mal?... Me abracé a el aún vivo y con la ayuda de mi cuidadora lo metimos en el coche y lo llevamos corriendo al veterinario. Horas después moría... Nunca supe quien pudo ser capaz de tal salvajada, tenía que ser o un vecino, o un familiar mío, o alguno de los que entraban a diario en mi casa... No podía arriesgarme a coger alguno de los otros muchos cachorritos que me ofrecieron, era condenarle a otra muerte espantosa.... Al cabo de unos días, mi madre ¡había desaparecido sin despedirse!, y en la cocina aparecieron dos cachorros de gato, hermanitos. Nadie los vio llegar...Estaban en una cajita de cartón en la cocina, sin comida ni agua. Y yo no tenía ni idea de como cuidarlos. Indagué, leí, y con solo el espectáculo de observar sus juegos infantiles, olvidé todos los prejuicios que antes tuve en su contra... Preparaba mi comida yla compartía con ellos, un pescadito para ono, otro para el otro y otro para mí, excepto la ensalada que no me la aceptaban.... Al cabo de unos días llamó mi progenitora, confesó ser la culpable de la aparición gatuna, ya no quise devolverlos. Pocos meses después, tuve el primer disgusto, alguien dejó la puerta de la calle abierta y se escapó Ximo, el de manchitas blancas y negras... Regresó al cabo de un año, pero de nuevo alguien dejó abierta la puerta de la calle y de nuevo se fue. Lo ví dos años mas tarde en un local abandonado, me miró fijamente, no se si me reconoció, pero a pesar de mis llamadas no se acercó ninguna vez y no podía atravesar la barrera desde donde el si hubiera podido salir, lo volví a ver algunas veces en el mismo lugar, hasta que alguien cambió la persiana vieja y rota a través de la cual, podía verse su interior, por una nueva, reforzada y sin fisuras, ¡mposible ver nada! Pocos días después, supe que habían envenenado a todos los gatos. Mi Ximo, y toda su família habían sufrido el terrible martirio del veneno. De nuevo un ser querido, era asesinado de esta forma tan vil, sin poder yo hacer nada por ayudarle. En el próximo capítulo pondré la historia de Misha.