24 noviembre 2011

Tópicos sobre gatos que engañan a la gente. Primera entrega.


     Llevo 23 años, teniendo gatos en mi casa. Confieso, ¡o mea culpa!, que antes de esto, tenía aprensión hacia ellos, había oido muchos comentarios, absurdos e inciertos, que me separaban de ellos, y nunca hubiera creído, que algún día,  les querría como ahora. Pero, aparecieron varios ratones en mi casa, y mi madre, sin  pedir permiso, trajo dos cachorritos, y desapareció... Mi madre, no los cachorritos... Días mas tarde, me llamó por teléfono, sabiendo la bronca que le caería de mi parte, ya que al tener 64 periquitos, a los que me gustaba cada día, sacar de sus jaulas para verlos volar, en relativa libertad  entre las paredes de mi casa, y estaba convencida de que lo primero que harían los felinos, sería acabar con mis voladoras mascotas.

     MENTIRA NUMERO 1: Los gatos atacan a los pájaros. Es mentira.

     Si se les educa bien de pequeños, los gatos no atacan a los pajaritos, salvo que tengan mucha hambre y necesitan comer, o más aún, si necesitan dar de comer a sus crías.

     Estos nuevos habitantes de mi casa en aquel momento, eran dos hermanos de camada, uno completamente negro al que llamé Misha, y otro de fondo blanco con innumerables manchitas negras, al que llamé Ximo. Nunca le haría daño a un animal, por eso no me los cargué, les alimentaba y procuraba que tuvieran sus necesidades cubiertas y un relativo confort, pero no permitía que subieran a mi cama ni a ningún mueble, y por supuesto dormían en el patio, en mi casa ni en broma. Así fue al principio...

     Luego, empecé a disfrutar viendo como jugaban, ya quedaban en casa algunas noches, y les dejé dormir sobre las sillas.

     Ninguno de los dos, atacó jamás a ningún periquito.

     Mas adelante, me regalaron, canarios, jilgueros, diamantes y margaritas... Los diamantes son pequeñísimos, como medio canario o menos aún, la margarita, del mismo tamaño, era totalmente blanca, con  el piquito rojo, un día  salió de la jaula y volaba sin parar bajo el techo, que en mi casa es muy alto, no había manera de cogerla, el gato negro, Felix, en un increible salto, la cogió con su boca, yo me puse histérica, gritándole que la soltara, el animal puso en mi mano la resignada criatura que ya ni se movía, ¡sin un rasguño!... Puse en su jaula la pajarita y abrazé fuertemente a su salvador, antes de premiarle con una magnifica cena... Pudo comérse la margarita, pero vió que yo la quería  ¡Fue más fuerte la lealtad a su ama, que su hambre...!

     Y aprendí esta lección: , y  Nunca volveré a creer mentiras sobre los animales.


FOTOS:


Nº 1 -  GATO DE PELUCHE COBIJANDO CRÍAS DE PERIQUITO
Nº 2 -  EL SEÑOR FLOPPY CENTINELA DE PERIQUITOS
Nº3 -  PAPELES CAMBIADOS

                                                                                         Escrito por Bel Rossiñol de Zagranada